El 22 de abril se inaugura en el Palazzo Gopcevich, en Trieste (Italia) una interesante exposicion sobre el papel de los hidroaviones en el periodo de entreguerras.
Los hidroaviones fueron los reyes de los cielos entre las dos guerra mundiales. Este 22 de abril se inaugura en el Palazzo Gopcevich, en Trieste una exposición fotográfica que recuerda los logros de los hidros CANT (Cantieri Aeronautici e Navali Triestini) entre los primeros años veinte y la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.
La exposición estará abierta hasta el próximo 7 de mayo.
Se trata de una exposición fotográfica patrocinada por Fincantieri, la industria heredera de CANT, y apoyada por el ayuntamiento de Trieste.
CANT comenzó a construir aviones en los primeros años veintge. A los primeros pequeños hidros les siguieron el CANT 10 y el CANT 22, que operaron a través de todo el Adriático y abrieron las primeras líneas de pasajeros, como Turín – Pavía – Venecia – Trieste. Está línea llegaría a enlazar en los años treinta con Barcelona.
La llegada del ingeniero Filippo Zappata produjo los modelos más conocidos como el Z501, o el Z506. Ambos modelos fueron empleados en los años treinta para batir diversos records mundiales de distancia, de distancia recorrida con diversas cargas y finalmente de velocidad y altura.
Los CANT Z501 y Z506 operaron en España en la guerra civil, cuando los nacionalistas recibieron 8 y 4 ejemplares respectivamente. Los hidros operaron desde la base de Pollensa en la isla de Mallorca, desde donde realizaban misiones de vigilancia, hostigamiento, y durante la Segunda Guerra Mundial, muchas misiones de rescate de pilotos de ambos bandos caídos en el Mediterráneo.
Los hidros CANT estuvieron en servicio en España hasta finales de los años cuarenta.
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