Boeing recibió un contrato de la Fuerza Aérea de 2.470 millones de dólares para la adquisición de 15 KC-46 adicionales, lo que eleva a 183 el número de aviones cisterna Pegasus contratados con todos los clientes, tanto nacionales como extranjeros.
El verano pasado, la Fuerza Aérea decidió saltarse el llamado concurso de «aviones cisterna puente» para añadir otros 75 KC-46 a la flota mientras desarrolla un nuevo avión cisterna potencialmente furtivo, llamado Sistema de Reabastecimiento Aéreo de Próxima Generación (NGAS). Con estos aviones adicionales, la flota de KC-46 de la Fuerza Aérea alcanzará unas 263 unidades y estará en producción al menos hasta mediados de la década de 2030.
El KC-46, que Boeing desarrolló y construyó bajo un contrato de precio fijo, ha demostrado ser mucho más complejo tecnológicamente de lo que la compañía esperaba, y Boeing ha tenido que absorber más de 7000 millones de dólares en pérdidas en el programa. La compañía redujo su oferta inicial por el avión, esperando compensar los costes adicionales con ventas en el extranjero, pero hasta el momento solo ha exportado 10 aviones: seis a Japón, que están en servicio, y cuatro a Israel. La Fuerza Aérea ha recibido 98 KC-46 hasta la fecha.
Entre los problemas más persistentes del KC-46 se encuentra el Sistema de Visualización Remota (RVS), mediante el cual el operador de la pértiga, ubicado directamente detrás de la cabina, realiza el reabastecimiento de combustible mediante un sistema de cámara 3D. Después de que Boeing corrigiera los problemas iniciales con el RVS, la disponibilidad de tecnología más reciente llevó a la Fuerza Aérea a compartir los costos con Boeing para mejorar el sistema, y se espera que el RVS 2.0 entre en servicio para el verano de 2027; cuatro años más tarde de lo previsto inicialmente.
Un primer intento de concurso para el «KC-X» resultó en la selección de Northrop Grumman/Airbus en 2008, ofreciendo una variante del avión cisterna de transporte multifunción (MRTT) A330, que la Fuerza Aérea denominó KC-45. Sin embargo, Boeing protestó con éxito la adjudicación y se ordenó un nuevo concurso. Boeing ganó la repetición del concurso en 2011.
Desde entonces, la Fuerza Aérea abandonó los concursos «KC-Y» y «KC-Z» previstos para reemplazar las flotas restantes del KC-135 y el KC-10, en favor de la ampliación de la compra del KC-46 y el NGAS, que se espera que produzca un avión cisterna furtivo, capaz de operar en el espacio aéreo disputado alrededor de 2035.
Allvin ha afirmado que el NGAS podría no ser una sola aeronave, sino una familia de sistemas, y que parte de su financiación podría destinarse a mejorar la supervivencia del KC-46 y su funcionalidad como nodo y repetidor de comunicaciones en vuelo.
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