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La Fuerza Espacial de Trump: 140 satélites y 18.000 militares

Donald Trump ha apostado fuerte para que en 2020 sea realidad la Fuerza Espacial, el sexto brazo militar de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que contará con unos 140 satélites y 18.000 militares.

Donald Trump quiere ser el dueño y señor del espacio exterior. El departamento de Defensa de Estados Unidos ha acelerado los preparativos para que la iniciativa anunciada a bombo y platillo por el presidente Trump de crear una Fuerza Espacial (US Space Force) sea una realidad en 2020.

Para conseguirlo, el secretario de Defensa ‒el teniente general James Mattis‒ ya ha impartido las instrucciones para incluir la propuesta formal de creación, organización y estructura de la Fuerza Espacial en el proyecto de presupuestos para el año fiscal 2020, que la administración Trump debe presentar ante el Congreso dentro de seis meses, en febrero de 2019.

Mientras la iniciativa toma forma legal, el vicepresidente Mike Pence pronunciaba el 9 de agosto pasado una alocución en la que aseguraba que el espacio “es el nuevo campo de batalla”, que los norteamericanos “deben mantener el dominio del espacio” y que “ha llegado el momento de crear la Fuerza Espacial de Estados Unidos”.

En esa misma fecha, el departamento de Defensa presentaba el informe 1601, una hoja de ruta que busca el apoyo de las diferentes Comisiones del Congreso que tratan sobre asuntos militares y en donde se definen los pasos a seguir para crear la Fuerza Espacial (US Space Force), la nueva organización que el presidente Donald Trump quiere convertir en el sexto brazo militar de Estados Unidos, al mismo nivel de importancia que el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, los Marines o los Guardacostas.

Bajo el título de “Informe final sobre la Organización y Estructura de gestión de los Componentes de la Seguridad Espacial Nacional del departamento de Defensa”, el documento determina las amenazas, el contexto estratégico, las sinergias, los cambios y las prioridades que recomiendan la puesta en marcha de la US Space Force.

Con un presupuesto inicial estimado en 8.000 millones de dólares, el informe 1601 contempla la creación de una Agencia de Desarrollo Espacial que asegure la investigación y la innovación, una Fuerza de Operaciones Espaciales para llevar a cabo las acciones ofensivas y defensivas en el espacio exterior y una Fuerza Logística para el sostenimiento de las operaciones.

La nueva organización se completa con un Mando Espacial (US Space Command) a cuyo frente estará un general de cuatro estrellas, responsable de la doctrina, táctica, técnica, procedimientos y entrenamiento de las unidades, a semejanza del modelo que hace unos años dio vida al Mando Conjunto de Operaciones Especiales.

Todo lo anterior se situará bajo la dirección de un alto cargo civil con rango de subsecretario, al igual que ocurre con las otras cinco ramas militares bajo el control del departamento de Defensa.

140 satélites militares

La elaboración del informe 161 es obra de un hombre de total confianza del teniente general Mattis, el subsecretario de Política de Defensa Patrick M. Shanahan.  A lo largo de los últimos meses, Shanahan ha dirigido un equipo multidisciplinar formado por directivos de la Vicepresidencia y del Consejo Nacional del Espacio, oficiales de alto rango del Mando Estratégico (STRATCOM), de la Fuerza Aérea y de otros servicios de las Fuerzas Armadas, así como de organismos con responsabilidades en el ámbito espacial de la defensa.

Según ha revelado el propio Shanahan, Estados Unidos dispone de “alrededor de 140 satélites militares en órbita”, entre los que se encuentran los satélites espía, de comunicaciones militares, alerta temprana, los meteorológicos específicos del Pentágono y la constelación GPS que, “formada por unas 30 plataformas, generan ingresos de miles de millones de dólares”.

El Pentágono ya dispone de una organización enfocada a la protección de los ingenios espaciales civiles y militares norteamericanos. La mayor parte de los satélites dedicados a misiones de defensa y seguridad son gestionados por una organización de la Fuerza Aérea, el Air Force Space Command, en donde también se encuentra la mayor parte del personal militar y técnicos civiles dedicados a la vigilancia y control del espacio exterior, que el Pentágono ha cifrado en alrededor de 18.000.

La nueva Space Force integraría el Air Force Space Command y, en la medida de lo posible, las actividades que llevan  a cabo organizaciones gubernamentales vinculadas con la comunidad de inteligencia, como la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) ‒responsable de los satélites espía‒ y la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial.

También coordinaría las actividades de defensa y seguridad de otras instituciones oficiales directamente relacionadas con asuntos espaciales, como la NASA, la Administración Federal de Aviación (FAA), la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional (NOAA) y el Departamento de Comercio, responsable del sector espacial comercial.

Los ejemplos de amenazas concretas que esgrimen los impulsores de la US Space Force ‒el propio Trump, el vicepresidente Pence y el subsecretario Shanahan‒ son que China disparó en 2007 un misil que destruyó uno de sus propios satélites. Y que Rusia trabaja en el desarrollo de un sistema aerotransportado de arma láser de alta potencia enfocado a generar interferencia y perturbaciones en los satélites, arma que también Estados Unidos lleva desarrollando desde hace varias décadas.

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