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Industria Sostenibilidad

Confirmado: los SAF son más verdes

Una serie de pruebas realizadas con un Airbus A350 usando combustibles de aviación sostenibles (SAF) confirman una disminución de las emisiones contaminantes respecto al keroseno.

Ofrece perspectivas prometedoras”, así han definido desde Airbus y sus asociadas: Rolls-Royce, DLR y Neste, el resultado del primer estudio de emisiones de combustibles 100 por cien sostenibles  (SAF) en vuelo de un avión de pasajeros.

Bajo el nombre ECLIF3, (siglas en inglés de Impacto de combustibles alternativos en las emisiones y el clima, tercera serie), estas tres empresas y el centro alemán de investigación han realizado diversas pruebas para medir las emisiones que generan el uso de biocombustibles en la aviación comparándolas con las del keroseno tradicional. Estas pruebas han incluido vuelos usando SAF (combustibles de aviación sostenibles por sus siglas en inglés) tanto al 50 por ciento de mezcla de keroseno y biocombustible —el máximo legalmente aprobado hoy en día para los vuelos comerciales— como con un 100 por ciento de SAF alimentando a ambos motores del avión. El objetivo es lograr, dentro del camino de la descarbonización del sector del transporte aéreo, que se permita el uso exclusivo de SAF para alimentar los motores de los aviones en vuelos comerciales.

Las primeras pruebas comenzaron hace ya más de media década con la campaña ECLIF1, liderada por el DLR, en la que se investigaron las propiedades de biocombustibles obtenidos a partir de diferentes materias. En 2018 se llevó a cabo ECLIF2, “en la que el A320 ATRA voló con una mezcla de combustible estándar para aviones y hasta un 50% por ciento de HEFA (combustible sostenible de ésteres y ácidos grasos hidroprocesados). Esta investigación demostró el ventajoso rendimiento de las emisiones de las mezclas de combustible de hasta el 50 por ciento de HEFA y preparó el camino para los vuelos de prueba del 100 por ciento de HEFA para ECLIF3”, explican desde el grupo investigador.

El A320 ATRA al que se hace referencia es un A320 modificado para servir de banco volante, pudiendo simular otros aviones.

Para las últimas pruebas anunciadas, el equipo empleó el A350 que Airbus ha modificado como banco de ensayos en vuelo, equipado con motores Rolls-Royce Trent XWB que quemaron un 100 por ciento de SAF producido por Neste. Durante el vuelo el A350 fue seguido por el Falcon 20 del DLR, que, con sus diversos sensores, tomaba muestras de los gases expulsados por los motores para su análisis. Este avión está preparado para poder volar a tan solo 100 metros por detrás del A350, en este caso.

Según ha hecho público Airbus ahora: “Las pruebas de emisiones en vuelo y los ensayos en tierra asociados al programa ECLIF3 comenzaron a principios de este año y se han reanudado recientemente. El equipo interdisciplinar, en el que también participan investigadores del Consejo Nacional de Investigación de Canadá y de la Universidad de Manchester, tiene previsto publicar sus resultados en revistas académicas a finales del próximo año y en 2023”.

En su comunicado, Airbus, señala que los tres vuelos de la campaña se realizaron sobre el Mediterráneo en abril de este año, y destacan que en el vuelo usando 100 por ciento de SAF procedente de aceites o ésteres “no se experimentaron problemas de funcionamiento”.

También se llevaron a cabo mediciones en tierra de las emisiones “para cuantificar los beneficios del SAF en la calidad del aire local. El equipo de investigación descubrió que el SAF libera menos partículas que el queroseno convencional en todas las condiciones de funcionamiento del motor probadas, lo que apunta a la posibilidad de reducir el impacto climático y mejorar la calidad del aire en los alrededores de los aeropuertos”.

Desde el equipo de estudio destacan que el SAF: “Tiene una menor densidad pero un mayor contenido energético por kilogramo de combustible en comparación con el queroseno convencional, lo que aporta algunas ventajas en cuanto a la eficiencia del combustible de las aeronaves, ya que se quema menos combustible y hay que embarcar menos masa de combustible para lograr la misma misión. El equipo está realizando un análisis detallado”.

Es más, Simon Burr, director de Desarrollo de Productos y Tecnología de Rolls-Royce para el sector aeroespacial civil, afirmó que no han encontrado “ningún obstáculo de ingeniería para que nuestros motores funcionen al 100 por ciento con SAF”.

Markus Fischer, miembro del Consejo de División de Aeronáutica del DLR, por su parte, afirmó que: “Se ha demostrado que el SAF tiene una huella de carbono significativamente menor a lo largo de su ciclo de vida en comparación con el combustible convencional para aviones, y ahora estamos viendo que también es ventajoso para reducir los efectos no relacionados con el CO2. Pruebas como éstas siguen ampliando nuestra comprensión del 100 por ciento de SAF, su uso en vuelo y estamos viendo signos positivos de su potencial en la mitigación del clima. Estamos deseando estudiar los datos de la segunda serie de vuelos de ECLIF3”.

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