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Peregrine se quemará en la atmósfera terrestre

Fotografía de Peregrine con la Tierra en la esquina superior derecha.

Astrobotic anunció el pasado 9 de enero que, dada la fuga de propelente, no hay ninguna posibilidad de un aterrizaje suave de Peregrine en la Luna.

La hipótesis actual de Astrobotic sobre la anomalía de propulsión de la nave espacial Peregrine es que una válvula entre el presurizador de helio y el oxidante no volvió a cerrarse tras su accionamiento durante la inicialización. Ello provocó una avalancha de helio a alta presión que elevó la presión en el tanque oxidante por encima de su límite operativo y, posteriormente, rompió el tanque. Aunque se trata de una teoría, una vez finalizada la misión se elaborará un informe de análisis completo por parte de un comité de revisión formado por expertos del sector. No hay indicios de que la anomalía en la propulsión se produjera como consecuencia del lanzamiento con el cohete Vulcan de ULA.

Sin embargo, ya que Peregrine se encuentra en modo operativo estable, el equipo siguió trabajando en prolongar su vida operativa y operando el vehículo como una nave espacial. El equipo siguió recibiendo datos valiosos y probando las operaciones de vuelo espacial de los componentes y el software para la próxima misión de Astrobotic: el módulo de aterrizaje lunar Griffin.

Recibieron con éxito datos de las 9 cargas útiles diseñadas para comunicarse con el módulo de aterrizaje. Las 10 cargas útiles que requieren energía la han recibido, mientras que las 10 restantes a bordo de la nave espacial están pasivas. Entre estas cargas se encuentra la carga útil COLMENA, que comenzó a recibir datos, convirtiéndose en el primer instrumento mexicano en operar en el espacio cislunar.

Estas cargas útiles han podido demostrar ahora su capacidad operativa en el espacio y los equipos de carga útil están analizando el impacto de este desarrollo. Estas son las cargas útiles que han recibido energía:

– Iris Lunar Rover de la Universidad Carnegie Mellon
– COLMENA de LINX-UNAM (junto con la Agencia Espacial Mexicana (AEM)
– Detector de radiación M-42 del Centro Aeroespacial Alemán (DLR)
– Espectrómetro de Transferencia Lineal de Energía (LETS) del Centro Espacial Johnson de la NASA
– Near-Infrared Volatile Spectrometer System (NIRVSS) del Ames Research Center de la NASA
– Sistema de Espectrómetro de Neutrones (NSS) del Centro de Investigación Ames de la NASA
– Peregrine Ion Trap Mass Spectrometer (PITMS) del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, The Open University (OU), la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).

– Cápsula del tiempo del sueño lunar de Pocari Sweat, de Astroscale
– Sensor TRN de aterrizaje autónomo de precisión óptica (OPAL) de Astrobotic
– (un subsistema) Navigation Doppler Lidar (NDL) del Langley Research Center de la NASA

Tras más de 6 días en funcionamiento, aunque a un ritmo mucho más lento, Peregrine sigue perdiendo propelente y desde que se produjo la anomalía Astrobotic ha estado evaluando la mejor manera de poner fin de forma segura a la misión para proteger los satélites en órbita terrestre, así como garantizar que no se creen desechos en el espacio cislunar.

En colaboración con la NASA, han recibido aportaciones de la comunidad espacial y del Gobierno de Estados Unidos sobre la forma más segura y responsable de poner fin a la misión de Peregrine. La recomendación ha sido dejar que la nave se queme durante la reentrada en la atmósfera terrestre. Por ello, aunque se podría prolongar la vida de Pergrine y obtener más datos valiosos sobre la nave, la compañía ha tomado la decisión de mantener la trayectoria actual de la nave espacial para volver a entrar en la atmósfera terrestre, donde se quemará.

Astrobotic está trabajando con la NASA para seguir actualizando y evaluando la trayectoria de reentrada controlada de Peregrine y no creen que la operación plantee riesgos de seguridad.

«Estoy muy orgulloso de lo que nuestro equipo ha logrado con esta misión. Es un gran honor ser testigo de primera mano de los heroicos esfuerzos de nuestro equipo de control de misión superando enormes retos para recuperar y operar la nave espacial tras la anomalía de propulsión del lunes. Estoy deseando compartir estas y otras historias extraordinarias cuando concluya la misión, el 18 de enero. Esta misión ya nos ha enseñado mucho y me ha dado una gran confianza en que nuestra próxima misión a la Luna logrará un aterrizaje suave«, dice el CEO de Astrobotic, John Thornton.

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