La ESA ha elegido un final glorioso de proyección mundial para la misión Rosetta, a dos meses de la cumbre de ministros que deben aprobar los programas y presupuestos espaciales europeos para los próximos 5 años.
(Por Juan Pons).- El final del largo viaje de exploración de la sonda europea Rosetta sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko ─coloquialmente bautizado Chury─ concluye hoy a las 13:20, hora peninsular con su suicidio forzado o, como prefieren decir los técnicos de la ESA, con su descenso no controlado sobre el cometa.
En la órbita de Chury desde agosto de 2014, Rosetta en los dos últimos años ha estudiado con sumo detalle las características internas y externas del cometa, que aumentaba su actividad según se aproximaba al Sol y, posteriormente, disminuía al alejarse.
Pero ¿Por qué la ESA ha decidido el “suicidio” de Rosetta? El motivo no es otro que la trayectoria del cometa. Al distanciarse progresivamente del Sol y Rosetta estar volando a su alrededor, los paneles solares que proporcionan corriente eléctrica a los instrumentos científicos generaránn cada vez menos energía, hasta provocar su apagón.
La ESA tenía tres opciones: apagar la sonda y abandonarla en el espacio, chocarla a gran velocidad contra el cometa o intentar posarla lo más suavemente posible, a pesar de que no ha sido diseñada para poder anclarse sobre Chury.
Por razones técnicas se ha descartado las dos primeras opciones y ha elegido intentar un posado lo más suave posible, ya que la baja gravedad del cometa convierte su masa de 3 toneladas en apenas 300 gramos y la velocidad de impacto final será muy baja, del orden de los 3,2 km/h. Además, los sensores y cámaras de Rosetta podrán seguir captando datos y tomando imágenes hasta prácticamente el impacto final.
Tras el choque más o menos violento, Rosetta será declarada oficialmente muerta. Aunque no se haya roto en mil pedazos, los restos de combustible que quedan en los depósitos y conducciones se congelarán y romperán la estructura en cualquier caso.
Pero el principal motivo de la elección es ofrecer un final glorioso de Rosetta, que capte la atención del mundo entero, y en especial de las autoridades y ciudadanos europeos a escasamente dos meses de la cumbre de ministros europeos, que a principios de diciembre deben aprobar los programas y presupuestos de la ESA para los próximos cinco años.
ESPAÑA EN ROSETTA
En el éxito de la misión Rosetta ha tenido un lugar destacado la industria espacial española: Alter Technology (verificación de todos los componentes electrónicos), GMV, Thales Alenia Space España (electrónica de orientación de los paneles solares y el sistema de control de actitud), Airbus Defense & Space España y SENER.
En SENER se rompieron la cabeza para desarrollar el sistema mecánico que regula la incidencia de los rayos del Sol sobre la sonda, en función de su proximidad o lejanía respecto del Sol. La empresa española consiguió armonizar ambos requisitos mediante unas sofisticadas persianas que se abren o se cierran según se necesite evacuar o recibir energía exterior.
También ha sido la responsable de diseñar las estructuras que seleccionan la dirección de los rayos que pueden entrar en las cámaras de navegación y en los dos rastreadores de estrellas, mecanismos que sirven para que el satélite conozca en todo momento el lugar exacto del espacio en el que se encuentra.
Airbus Defense & Space en España puso a punto la antena que comunica con la Tierra y CRISA (hoy integrada en esta), la electrónica que controla la cámara de navegación y el sistema de seguimiento estelar. GMV llevó a cabo el análisis de misión y sus ingenieros, por ejemplo, han diseñado las trayectorias de acercamiento, órbita y descenso al cometa, al igual que han procesado las imágenes tomadas por las cámaras.
Con un tamaño semejante al de cuatro lavadoras juntas, Rosetta lleva a bordo 11 avanzados instrumentos científicos. En dos de ellos se ha volcado la aportación de científicos españoles de la Universidad Politécnica de Madrid, del Instituto de Astrofísica de Andalucía y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Uno de ellos es OSIRIS, un avanzado espectroscopio óptico infrarrojo para captar imágenes de alta resolución del núcleo y estudiar su superficie con una gran precisión. El otro es Giada, un avanzado analizador encargado de medir la cantidad, masa y velocidad de los granos de polvo que se originan en el núcleo del cometa cuando recibe los rayos del Sol.
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