El estado de Israel también ha demostrado tener aspiraciones por visitar la Luna. El estado de Israel también ha demostrado tener aspiraciones lunares y la empresa privada SpaceIL, con el pleno apoyo de Israel Aircraft Industries, envió al espacio el pasado 22 de febrero la sonda Beresheet con la intención de convertirse en la cuarta potencia mundial en situar un artefacto sobre la superficie lunar.
Pero no fue posible porque una grave anomalía en el sistema de guiado impidió que los técnicos israelitas del Centro de Control de Yehud pudieran reducir la velocidad de caída del módulo de descenso, que finalmente se estrelló el 11 de abril contra la superficie lunar.
De haberlo logrado, Israel se hubiera convertido en la cuarta potencia en depositar un artefacto sobre la Luna y Beresheet ‒que significa génesis en lengua hebrea‒ hubiera sido la primera nave espacial privada en posarse y funcionar sobre el satélite natural de la Tierra.
El lanzamiento al espacio de Beresheet se había producido desde Cabo Cañaveral en un cohete Falcon 9 de SpaceX y la sonda había alcanzado el 4 de abril la órbita lunar, con lo que Israel se convertía en la séptima nación en lograr posicionar un ingenio espacial alrededor de la Luna.
Con un peso al despegue de 585 kilos, Beresheet llevaba a bordo varias cámaras, un magnetómetro y un retro reflector láser y su vida útil sobre la superficie lunar dependía del funcionamiento de una batería alimentada por paneles solares, lo que reducía su vida útil a unos pocos días.
El primer ministro del Estado de Israel, Benjamín Netanyahu, que presenció el directo el resultado de la misión aseguro su intención de seguir apostando por situar la bandera de Israel en la Luna.
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